Los perros instintivamente tienen una mentalidad de pertenecer y vivir en una manada; que en tiempos modernos esa manada es cualquier familia. El perrito quiere pertenecer a un grupo y ser aceptado por los otros miembros, estar solo no es bueno en el mundo del perro. ¿Te imaginas lo que sufren los perros solitarios abandonados en las calles cuando su naturaleza le exige estar acompañado o en grupo?
El “dueño” del perro se convierte en el proveedor y protector, de algún modo, de su amigo de cuatro patas, entonces el animal a raíz de esto debe tener un enorme respeto y afecto con su “amo”. Este comportamiento fiel ya es instintivo y se ha ido traspasando durante la domesticación de estos animales, pero por desgracia los perritos no distinguen si alguien que alguna vez los quiso le esta haciendo daño y actúan incondicionalmente con personas que incluso ya no los desean o los maltratan.
Probablemente el error más común es pensar que un perro es una mascota o un juguete. El perro es parte de la familia y aceptarlo como tal permite que los seres humanos y perros desarrollen un vínculo muy especial.
Los perros también son naturalmente más afectuosos; quieren amar y ser amados. Basta con tener una buena relación con su perro construida a partir de la confianza, la equidad, la coherencia, y transmitir las habilidades de liderazgo efectivo establece un pozo comportamiento del perro. Los perros alientan, apoyan, entretienen y nos ayudan de muchas maneras. Un perro es nuestro compañero y una parte especial de la familia. Ellos nos dan amor incondicional todos los días, es hora de devolver el favor evitando que se sigan propagando perros callejeros que sólo vienen a sufrir, fomentando la esterilización y adoptando en lugar de comprar; haces mucho por esta especie animal que merece lo mejor.
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